martes, 4 de diciembre de 2012

Para meditar

Y dentro de sesenta y cinco años (a partir de la creación del Estado de Israel, Mayo de 1948) Efraín (las naciones gentiles) será quebrantado (gran tribulación) hasta dejar de ser pueblo (Isaías 7: 8). 
Yeshúa, afirma mi corazón para que tema tu nombre, porque tu misericordia es grande para conmigo,y has librado mi alma de las profundidades del Seol (el poder de la muerte) (Salmo 86: 11, 13). 
En descanso y en reposo seréis salvos (de la ira, gran tribulación); en quietud y en confianza (en Yeshúa) será vuestra fortaleza (Isaías 30: 15).
La fe se perfeccionó por las obras (Santiago 2: 22). 
Los que buscan la justicia que es por las obras, niegan la fe. Los que buscan la justicia que es por la fe, con las obras la confirman. Por tus obras niegas o confirmas tu fe.
Yeshúa dice: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, niños recién nacidos deseando la leche espiritual no adulterada; no entraréis en el reino de los cielos (Jerusalem celestial) (Mateo 18: 3; 1 Pedro 2: 2). 
Somos un pueblo exclusivamente del Señor, celoso de buenas obras (Tito 2: 14). Amamos los juicios del Eterno, examinando nuestras obras a la luz de los preceptos, leyes y estatutos del Padre Celestial; esperando la manifestación de la justicia del Señor, que es por retribución. No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará (Gálatas 6: 7). He aquí Yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra (Apocalipsis 22: 12). 
Amamos la justicia del Eterno, teniendo como ejemplo a Zaqueo:  Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres (socorrer a los necesitados en sus tribulaciones); y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado (pagar las deudas, restituir lo robado, reparar el daño a los demás) (Lucas 19: 8). 
El fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz (practican la palabra del Eterno) (Santiago 3: 18). 


Padre Celestial, hemos pecado. 
Hemos consumido lo profano, promovido y tolerado lo que a Tus ojos es abominación. Perdónanos, Señor, a nosotros, tus ovejas, tus corderitos. No teníamos el discernimiento para saber qué es lo profano. Ahora lo tenemos. Es profano todo lo que promueve e incita al consumo de prácticas que Tu Torá llama abominaciones: películas, juegos electrónicos, cuentos infantiles, programas televisivos, etc. 
Somos contaminados a través de nuestros ojos y oídos. Perdónanos en tu infinita misericordia, retira de nosotros y de nuestros hijos las consecuencias de nuestros pecados y errores; líbranos de este mal. En nombre de Yeshúa Hamashiaj, ten misericordia. Amén.  
     

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