martes, 22 de enero de 2013

El perfecto amor

Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos (Torá) (2 Juan 6).
Solo tienen derecho al árbol de la vida los que andan según sus mandamientos (Torá) (Apocalipsis 22: 14). Al que venciere (el que obedece los mandamientos), le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios (Apocalipsis 2: 7).
Los que aman este siglo, abandonaron al Señor; los que rechazan los mandamientos, son carnales. Los que son guiados por el Espíritu Santo, obedecen los mandamientos, examinan las escrituras, para no perder el rumbo, procuran hablar con personas que son conforme el espíritu de vida, no se sientan con escarnecedores (los que confiezan que son del Señor y rechazan obedecer la ley-torá del Señor). 
El ejercicio de la piedad es la práctica de la obediencia. El Señor dice claramente cuáles son las obras que Él odia: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios (Gálatas 5: 19-21). 
Tienen el amor de Dios los que tienen el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley (Gálatas 5: 22). Éstos verdaderamente aman al Señor y permanecen en el amor mediante la obediencia a la ley de Moises, la cual el Señor no anuló, sino que la cumplió, y nos enseñó a cómo cumplir, dándonos del Espíritu Santo.
Acuérdate del día sábado (Shabat) para santificarlo. El shabat es del Señor tu Dios. 
Hay alimentos que no son aptos para el consumo humano. El Señor los llamó inmundos (Levítico 11). Nuestro cuerpo ya no nos pertenece; es del Espíritu Santo, no destruyas lo que no es tuyo. Lo que podemos comer, el Señor llamó limpio (Levítico 11). Porque por la palabra de Dios (lo que el Señor llamó limpio) y por la oración es santificado (apto para comer) (1 Timoteo 4: 5).

Y también el cerdo... tendréis por inmundo (Levítico 11: 7).
Dios expresa cláramente su rechazo a los que se excusan por no obedecer; y a lo que Él llamó inmundo:  El que sacrifica buey es como si matase a un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que hace ofrenda, como si ofreciese sangre de cerdo; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo. Y porque escogieron sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones, también yo escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada (Isaías 66: 3-4).    

Ore a יהוה pidiendo que despierte su espíritu para que obedezca al Señor.  

Y todo aquel que invocare el nombre del Señor (Yeshúa), será salvo (Joel 2: 32).