domingo, 9 de octubre de 2016

Guardar y cumplir los mandamientos de Dios

Guardar y cumplir
Nosotros guardamos y cumplimos los mandamientos de Dios porque está escrito.
No la circuncisión es importante, ni la incircuncisión, sino el guardar los mandamientos de Dios (1 Corintios 7: 19).
Así dijo YHVH: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse (Isaias 56: 1).
Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como YHVH mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta (Deuteronomio 4: 5, 6).

Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;  Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán (Proverbios 3: 1, 2).

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de YHVH está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará (Salmo 1: 1-3).


La ley de YHVH es perfecta, que convierte el alma;
El testimonio de YHVH es fiel, que hace sabio al sencillo.
Los mandamientos de YHVH son rectos, que alegran el corazón;
El precepto de YHVH es puro, que alumbra los ojos.
El temor de YHVH es limpio, que permanece para siempre;
Los juicios de YHVH son verdad, todos justos.
10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;
Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.
11 Tu siervo es además amonestado con ellos;
En guardarlos hay grande galardón (Salmo 19).

Bienaventurados los perfectos de camino,
    Los que andan en la ley de YHVH.
Bienaventurados los que guardan sus testimonios,
Y con todo el corazón le buscan;
Pues no hacen iniquidad
Los que andan en sus caminos.
Tú encargaste
Que sean muy guardados tus mandamientos.
¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos
Para guardar tus estatutos!
Entonces no sería yo avergonzado,
Cuando atendiese a todos tus mandamientos.
Te alabaré con rectitud de corazón
Cuando aprendiere tus justos juicios.
Tus estatutos guardaré;
No me dejes enteramente (Salmo 119).

¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra (Salmo 119, 9).

29 Aparta de mí el camino de la mentira,
Y en tu misericordia concédeme tu ley.
30 Escogí el camino de la verdad;
He puesto tus juicios delante de mí.
31 Me he apegado a tus testimonios;
Oh YHVH, no me avergüences.
32 Por el camino de tus mandamientos correré,
Cuando ensanches mi corazón (Salmo 119).

166 Tu salvación he esperado, oh YHVH,
Y tus mandamientos he puesto por obra.
167 Mi alma ha guardado tus testimonios,
Y los he amado en gran manera.
168 He guardado tus mandamientos y tus testimonios,
Porque todos mis caminos están delante de ti (Salmo 119).

Guíame por la senda de tus mandamientos, Porque en ella tengo mi voluntad (Salmo 119: 35).
Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos, Porque con ellos me has vivificado (Salmo 119: 93).
Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad (Salmo 119: 142).
Justicia eterna son tus testimonios; Dame entendimiento, y viviré (Salmo 119: 144).

El rey David es un ejemplo de un hijo de Dios lleno del Espíritu de Dios, que actuó con la gracia de Dios, y así guardó y cumplió los mandamientos de Dios. Era un hombre conforme al corazón de Dios, como está escrito: “He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero” (1 Samuel 13: 14; Hechos 13: 22).




Guardar y cumplir por amor
Nosotros guardamos y cumplimos los mandamientos de Dios porque amamos a Dios.
Oye, Israel: YHVH nuestro Dios, YHVH uno es.Y amarás a YHVH tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas (Deuteronomio 6; Marcos 12).
10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor (Juan 15).
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos. 21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. 23 Respondió Yeshua y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él (Juan 14).
Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros. Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos (2 Juan).
1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Yeshua Mesías el justo.Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo (1 Juan 2).
1 Todo aquel que cree que Yeshua es el Mesías, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe (1 Juan 5).
13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor (1 Corintios 13).





Guardar y cumplir para santidad
Guardamos y cumplimos los mandamientos de Dios para santificación
El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.
Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.
Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira (Apocalipsis 22: 11-15).
 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos (Apocalipsis 19: 7, 8).
Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo YHVH vuestro Dios (Levítico 19: 2).
Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios.Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo YHVH que os santifico (Levítico 20: 7, 8).
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor (Hebreos 12: 14).
Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero (Apocalipsis 7: 14).
Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Yeshua (Apocalipsis 14: 12).
Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve (Salmo 51: 7).
Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu (1 Pedro 1: 22).
Yeshua dijo: Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad(Juan 17: 17).

En estos días se está cumpliendo la palabra que dice: el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. Este es el tiempo de santificarnos y practicar la justicia. Elohim nos santifica, nos lava, nos purifica y nos emblanquece con la sangre del Cordero. Nuestra parte es: fe y obras – fe en Yeshua Mesías + cumplir y guardar los mandamientos de Dios.





Fe y obras – Justificación
Guardamos y cumplimos los mandamientos de Dios para que, junto con la fe en Yeshua Mesías, seamos justificados. Elohim nos justifica por medio de la fe. Al mismo tiempo, la fe se completa con las obras, y la fe confirma la Torá (Ley).
Porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados (Romanos 2: 13).
¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley (Romanos 3: 31).
Y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Yeshua Mesías el justo (1 Juan 2: 1).
La fe se perfeccionó por las obras (Santiago 2: 22).
Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace (Santiago 1: 22-25).
Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta(Santiago 2: 23, 24, 26).
Y nos mandó YHVH que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a YHVH nuestro Dios, para que nos vaya bien todos los días, y para que nos conserve la vida, como hasta hoy. Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de YHVH nuestro Dios, como él nos ha mandado (Deuteronomio 6: 24, 25).




La maldición de la Torá (ley) está colgada en un madero
Yeshua nos libró de la esclavitud del pecado, de la ley del pecado y la muerte. Así, la ley de la Torá se cumple en nosotros, que caminamos y vivimos según el Espíritu. La Torá es espiritual, y necesitamos que el Espíritu de Dios nos guíe para cumplirla. Los pensamientos de la carne son contra Elohim, porque no están sujetos a la ley de Dios. Entonces, agradaremos a Dios si nos sujetamos a la ley de Dios, sujetando todo pensamiento a la obediencia de Yeshua.
Judíos y gentiles, todos están bajo pecado (Romanos 3: 9).
Por medio de la ley es el conocimiento del pecado (Romanos 3: 20).
Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley (1 Juan 3: 4).
Estad, pues, firmes en la libertad con que Yeshua nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud (Gálatas 5: 1).
Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne (Gálatas 5: 13).
1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Yeshua Hamashiaj, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Yeshua Hamashiaj me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, piensan en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Yeshua, no es de él (Romanos 8).
Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Yeshua (2 Corintios 10: 4, 5).
10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. 13  Yeshua nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición, porque está escrito: La maldición de la Torá (ley) está colgada en un madero. 19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. 20 Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. 21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Yeshua Hamashiaj fuese dada a los creyentes (Gálatas 3).
19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. 20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Yeshua Hamashiaj, Señor nuestro (Romanos 5).
1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 6 Nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera (Romanos 6).
15  Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Yeshua Hamashiaj. 16  Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17  a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Timoteo 3: 15-17).
Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. 12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. 14  Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado (Romanos 7).

Aclaración: donde está escrito “estamos libres de la ley”, se refiere a estar libres de la maldición de la ley, del yugo de la ley, de la esclavitud del pecado. No se refiere a estar libres de cumplir y guardar la ley y los mandamientos.





Hagamos como Yeshua Mesías hizo 
Y en esto sabemos que nosotros conocemos a Yeshua, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo (1 Juan 2).
Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones (Apocalipsis 2: 26).
17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos (Mateo 5).
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Yeshua Hamashiaj, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Yeshua se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Yeshua Hamashiaj es el Señor, para gloria de Dios Padre (Filipenses 2).


 Guardar y cumplir los mandamientos en la gracia, la fe y en el Espíritu Santo
Gracia: porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;  no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Yeshua Hamashiaj para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2: 8-10).
El cumplimiento de los mandamientos de la Torá no nos salva, sino que somos salvos por la gracia, por medio de la fe. Pero la Torá existe para que vivamos y andemos en ella, haciendo buenas obras. Ciertamente la ley es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno (Romanos 7: 12).
Fe: ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley (Romanos 3: 31). La fe se perfeccionó por las obras (Santiago 2: 22).
Espíritu Santo: Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho (Juan 14: 26).
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir (Juan 16: 13).
 He aquí que vienen días, dice YHVH, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice YHVH. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a YHVH; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice YHVH; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jeremías 31: 31-34).
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu (Gálatas 5: 16, 25).
El Espíritu Santo siempre nos guía hacia la Torá, a la palabra escrita. Ser guiados por el Espíritu Santo significa ser guiados a la Torá.

El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala (Eclesiastés 12: 13, 14).