El temor de יהוה es aborrecer el
mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco
(Proverbios 8: 13).
Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete
abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua
mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies
presurosos para correr al mal, El testigo
falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos (Proverbios 6: 16-19).
Así es
como tememos a Dios.
Breve, el Señor será encontrado en aquellos que lo buscan en espíritu y en verdad.
Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia (Isaías 26: 9).
La palabra del Eterno es la verdad y es espíritu.
Tomé luego mi cayado Gracia, y lo quebré, para romper mi pacto que concerté con todos los pueblos (Zacarías 11: 10).
El Señor reprende a los tibios. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la verguenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas (Apocalipsis 3: 18). El oro es: Mejor me es la ley de tu boca Que millares de oro y plata (Salmo 119: 72). Vestiduras blancas: Sea mi corazón íntegro en tus estatutos, Para que no sea yo avergonzado (Salmo 119: 80). Colirio: La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples (Salmo 119: 130).
Los enemigos del Señor
¿No odio, oh Dios, a los que te
aborrecen, Y me enardezco contra tus enemigos? Los aborrezco por completo; Los tengo por enemigos (Salmo 139: 21, 22).
¿Quiénes son los
que aborrecen al Señor? Son los lobos en piel de oveja que se levantan en
nombre del Señor para matar al rebaño con la muerte espiritual; porque las
herejías de blasfemia que ellos enseñan es arma letal para nuestra alma.
Y todo aquel que invocare el nombre del Señor (Yeshúa), será salvo (Joel 2: 32).
Y todo aquel que invocare el nombre del Señor (Yeshúa), será salvo (Joel 2: 32).