lunes, 31 de marzo de 2014

La autoridad del Señor

Hebreos, capítulos 12 y 13; Proverbio 8: 13.

Yo soy Yeshúa, El iniciador y perfeccionador de la fe de ustedes. Por el gozo de lo que Yo esperaba, soporte la cruz, menospreciando la verguenza que ella significaba, y ahora estoy sentado a la derecha del Trono de Dios; en espera de que todos mis enemigos sean puestos por estrado de Mis pies.

Yo a ustedes disciplino con Mis palabras, mi doctrina, como quiero; porque ustedes son hijos legítimos del Padre de los Espíritus, y por más penosa que sea la disciplina, produce una cosecha de justicia y paz, para quienes han sido entrenados por ella.

Mi sangre habla... con más fuerza que la de Abel. Adoren a Dios como a Él le agrada, con temor reverente. El temor del Señor consiste en odiar el mal, la soberbia y la arrogancia, el mal camino y la boca perversa. Yo los odio.

Permanezcan en mi, no se dejen llevar por ninguna clase de enseñanzas extrañas; conviene que el corazón sea fortalecido por Mi gracia, y no por alimentos rituales que de nada aprovechan a quienes los comen.

Por Mi sangre están ustedes santificados. Mantéganse libres del amor al dinero. Tengan en alta estima el matrimonio y la fidelidad conjugal. Huyan de la inmoralidad sexual: fornicación, adulterio, homosexualidad, pedofilia, pornografía, etc.

Ofrezcan continuamente a Dios alabanzas: confesando a Dios con tus labios mi nombre: Yeshua el Mesías. Hagan el bien y compartan con otros lo que tienen.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Peligros y advertencias para no perder la Salvación

Si ustedes oyen hoy mi voz, Yo soy El Señor, no endurezcan el corazón como sucedió en la rebelión de los hijos de Israel. Así que, en mi enojo, hice este juramento: "jamás entrarán en mi reposo".
Tengan en cuenta: Dios es el que a ustedes mantiene firmes en mí, El Mesías. Él a ustedes ungió, selló como propiedad suya y puso Su Espíritu en sus corazones, como garantía de Sus promesas.
La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento, que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse. Mientras que la tristeza del mundo produce la muerte.
Pues ustedes nada pueden hacer contra la verdad, sino a favor de la verdad.
¡Miren que Yo vengo pronto! Dichoso el que cumple las palabras del mensaje profético de toda Palabra de Dios, del Génesis al Apocalipsis.
El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a todos ustedes. El que salga vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.
Ahora bien, Yo Yeshúa soy el Espíritu; y donde está mi Espíritu, allí hay libertad.
Si son mis discípulos, mi Espíritu está en el corazón de cada uno de ustedes.
Shalom

2 Corintios 1: 21, 22; 7: 10; 13: 8. Hebreos 3: 15; 4: 3. Apocalipsis 22: 7; 2: 7. 2 Corintios 3: 17.