viernes, 27 de julio de 2012

El Señor dice: BREVE, EL SEÑOR SERÁ ENCONTRADO EN AQUELLOS QUE LO BUSCAN EN ESPÍRITU Y EN VERDAD


La gracia

La gracia se derramó en tus labios (Salmo 45, 2). De la abundancia del corazón habla la boca (marcos 7, 21-22; mateo 15, 18-19).  
El Señor nos tiene hablado en los evangelios por su propia boca. El Señor dice: No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir (Mateo 5, 17).
Solo por la justicia que es de la fe, con la ayuda del Espíritu Santo, podemos cumplir la ley del Reino de Dios que es espiritual. (Romanos 7, 14).
Por lo tanto, la ley, los preceptos, los juicios del eterno es la gracia; porque esto es la boca del Señor habló.
El juicio es la confrontación del pecador con la palabra del Señor.
Habiendo sido redimidos, somos encontrados pecadores. (Gálatas 2, 17).
Por la fe, confirmamos la ley. (Romanos 3, 31). El juicio comienza por la casa de Dios (1 Pedro 4, 17).



El milagro más grande (Juan 3, 3-6)

Cuando el Eterno, por la predicación del evangelio, llama al pecador al arrepentimiento, y éste se arrepiente, aceptando por la fe el sacrificio del Señor para el perdón de los pecados, por el poder de Dios ocurre éste gran milagro.
La persona arrepentida nace de nuevo; del agua y del espíritu de Dios. El Señor en sus brazos recibe al recién nacido, que exclama su primer palabra cuando mira al Señor: Aba (papá). (Romanos 8, 15; Gálatas 4, 6).
El Señor circuncida el corazón del recién nacido; y con fuego imprime su ley en la mente y en el corazón; y lo sella con el Espíritu Santo. (Colosenses 2, 11; Romanos 2, 29; Hebreos 8, 10; Gálatas 4, 5).
El Señor dice: el que creyere y fuere bautizado será salvo. (Marcos 16, 16). Es el Señor quien bautiza con el Espíritu y con el fuego. (Lucas 3, 16; Mateo 3, 11).
Esto es espiritual. El Señor dice: bienaventurado son los que no vieron y creyeron. (Juan 20, 29). Por el bautismo en las aguas, o con aguas, nadie se salvará. Por la fe creemos, porque así esta escrito en los evangelios.


Tiempos peligrosos

En visión de la noche, el Espíritu del Señor me mostró una congregación; había mucha gente esperando el rito más importante que en ese lugar se practicaba. Nadie estudiaba la palabra, nadie enseñaba y nadie predicaba el evangelio. Lo más importante era la ceremonia del rito y el rito mismo, que todos ansiosamente aguardaban. Cuando llegó la hora, todos como una avalancha entraron y tomaron sus asientos. El que dirigía la reunión dio inicio al rito.
Uno a uno, iban pasando delante de un pequeño altar, poniendo peticiones escritas en trozos de papel; el dirigente los echaba dentro de una especie de canasto metálico con fuego adentro.
El humo iba subiendo y todos oraban creyendo que así, por el humo, sus oraciones llegaban hasta los oídos del Eterno. Lo último que pusieron en el fuego fue un atado de rosas blancas, el cual no se quemó, porque el fuego se estaba extinguiendo.
El Señor dice: estas prácticas son abominables. Esto es idolatría; es satanismo; es sincretismo religioso. Me da asco.


La diferencia entre el oyente y el discípulo (Parábola del sembrador: Mateo 13, 1-23)

El Señor dice que a los discípulos les ha sido concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a los oyentes no les ha concedido. Por esto el Señor les habla por parábolas; porque viendo no ven y oyendo no oyen, ni entienden. De manera que en ellos se cumple la profecía de Isaías que dice: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane (Mateo 13, 14-15).
El Señor dice que los discípulos son bienaventurados porque tienen ojos que ven y oídos que oyen. Al que tiene, más se le dará y tendrá en abundancia. Pero al que no tiene (ojos que ven y oídos que oyen), aún lo que piensan tener se les será quitado. Ni todos los que están bautizados; ni todos los que se congregan; ni todos los que son miembros de iglesias son discípulos. Muchos son oyentes. El Señor dice que es por el fruto que se conoce el árbol.
El Señor dice que los oyentes son aquellos que andan atrás de todo viento de doctrina que se levanta, porque tienen picazón en los oídos (curiosidad) y no se firman en la verdad. Por esto mismo, Dios les envió el Espíritu del error que es la gran apostasía.
De esta manera está el Señor Yeshua Hamashiaj separando la cizaña del trigo, porque el trigo son los verdaderos discípulos. El Señor dice: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís (Marcos 4, 24).
La palabra de Dios dice: quien ama al Señor, odia al maligno.
En el arrebatamiento de la iglesia, los discípulos serán llevados, y los oyentes serán dejados.
El Señor dice que todos aquellos que están enseñando preceptos de hombres como doctrina, blasfemias y herejías diciendo que es palabra del Señor; la parte de ellos es con los hipócritas, donde habrá llanto y crujir de dientes. (Mateos 25, 24).
El Señor es duro, es inflexible; es quien cosecha donde no sembró y recoge donde no esparció.
El Señor dice: Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará. (Lucas 8, 18). 

Y todo aquel que invocare el nombre del Señor (Yeshúa), será salvo (Joel 2: 32). 

jueves, 19 de julio de 2012

El sacrificio y la severidad del Señor


El sacrificio que expió nuestros pecados
He sido derramado como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas. Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar, Y me has puesto en el polvo de la muerte. Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies.  Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan. Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes (Salmo 22: 14-18). Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres (Isaías 52: 14). Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Dios cargó en él el pecado de todos nosotros (Isaías 53: 3-6).
¿Quién es el prójimo? ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces El Señor le dijo: Ve, y haz tú lo mismo (Lucas 10: 36-37).
Yeshúa, eres el más hermoso de los hijos de los hombres; La gracia se derramó en tus labios; Por tanto, Dios te ha bendecido para siempre (Salmo 45: 2). Yeshúa, haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las generaciones, Por lo cual te alabarán los pueblos eternamente y para siempre (Salmo 45: 17).
A los ojos de los hombres, el Señor estaba desfigurado. Pero a los ojos de Dios, era el más hermoso de los hijos de los hombres. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos (Marcos 12: 30-31). Debemos amar al Señor como a nosotros mismos, porque el Señor es nuestro verdadero prójimo, aquél que tiene la verdadera misericordia de nosotros. Al hacer esto, aborreceremos el mal.


La severidad del Señor 
Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes, Y que tomar mi pacto en tu boca? Pues tú aborreces la corrección, Y echas a tu espalda mis palabras. Si veías al ladrón, tú corrías con él, Y con los adúlteros era tu parte. Tu boca metías en mal, Y tu lengua componía engaño. Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; Contra el hijo de tu madre ponías infamia. Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos (Salmo 50: 16-21).
Abominaciones y prácticas abominables en medio de las ovejas: astrología, chisme, amuletos, murmuraciones, quejas, pleitos.
El otro evangelio, el de la apostasía:
Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos (Apocalipsis 2: 6, 14, 15, 20).
Las obras de los nicolaítas son las doctrinas cuyo fundamento es la metafísica. El camino de Balaam son los que practican doctrinas de demonios y las enseñan, como por ejemplo: confianza en amuletos, consulta a horóscopos. Todo esto debemos odiar, como el Señor odia.
La apostasía mata con la muerte espiritual, aquellos que están muertos espiritualmente tienen nombre de que viven, y están muertos (Apocalipsis 3: 1). Los mensajeros de la apostasía son enemigos del Señor. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Yeshúa. Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré. Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con nosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia verguenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él. Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho (Judas 4, 10-16). Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema (Gálatas 1: 8-9).
Los rudimentos del mundo. Mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? (Galatas 4: 9). Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina del Señor, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Yeshúa, ése sí tiene al Padre y al Hijo (2 Juan 9). Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.  Y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío, éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición, recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores. Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre. Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error. Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció. Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Yeshúa, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno (2 Pedro 2: 1-3, 10, 12-15, 17-22).
La paciencia del Señor se acabó. ¿Qué escogerás, la vida o la muerte?

Y todo aquel que invocare el nombre del Señor (Yeshúa), será salvo (Joel 2: 32).  

martes, 10 de julio de 2012


Tocad la Trompeta en el día de nuestra festividad (Salmos 81:3, traducción directa del hebreo), porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con Trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Yeshúa resucitaran primero (1 Tesalonicenses 4: 16), y enviara sus ángeles con gran voz de Trompeta, y juntaran a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro (Mateo 24:31), entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada (Mateo 24: 40, 41). Y os digo que desde ahora no beberé mas de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre (Mateo 26: 29). Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios (Apocalipsis 19: 9). EL SEÑOR DICE: AQUEL QUE CREE EN DIOS ES NO NEGADO. AMEN.


Ultimo aviso a los endurecidos

Yo soy Yeshúa; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas (Isaías 42: 8). Y en aquel día, dice el Señor de los Ejércitos, quitare de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca mas serán recordados; y también haré cortar de la tierra a los profetas y al espíritu de inmundicia (Zacarías 13: 2). Y sabrá toda carne que yo, el Señor, saqué mi espada de su vaina; no la envainaré mas (Ezequiel 21: 5). He aquí el Día del Señor viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores (Isaías 13: 9). Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes (Isaías 13: 11). Así ha dicho Yeshúa el Señor: Un mal, he aquí que viene un mal (Ezequiel 7: 5). Y mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; según tus caminos pondré sobre ti, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que Yo El Señor soy el que castiga (Ezequiel 7: 9). Porque toda mesa está llena de vómito y suciedad, hasta no haber lugar limpio (Isaías 28: 8). Amén. Ciertamente vengo en breve. Amén. El Señor dice: la serpiente se seca. Amén.    


YHWH nekamah (venganza) – יהוה נקמה

Yo soy YHWH NEKAMAH, he descendido y Mis propios ojos han visto la maldad, la injusticia de esta generación perversa y malvada, peor que la generación de Noé, Mi siervo, y que la generación de Sodoma y Gomorra. Todas estas juntas no hicieron lo que Mis ojos han visto: mujeres engañando a sus propios maridos con hombres y mujeres frente a sus propios hijos en el lecho conyugal, lo mismo hacen los maridos a las propias esposas. Niños malvados y pervertidos practicando el sexo ilícito por propia elección. Escarnecedores de Mis leyes y preceptos haciéndolo comedias teatrales, burlándose de Mis palabras, chistes en películas y programas de radio y televisión, escarneciendo Mis preceptos y juicios. En Mis manos tengo pestilencias, Mi paciencia ya llegó al límite que Yo mismo puse.
Pueblo mío, en no muchos días subirán, escucharán las dos sirenas de Yom Hashoá y Yom Hazikarón, después será el rapto. Así como Jonás dio un ultimátum a los habitantes de Nínive, yo lo he hecho. Aquel que tiene oídos para oir, oiga lo que Mi Hijo, verdadero Elohei, habló a los Míos. Aquel que tiene ojos para ver, preste atención a las señales que vienen de los Cielos del Eterno.
Hijos, por escuchar y creer al Espíritu Profético, ya están revestidos con la coraza de Justicia. Perseveren en la Fe que es en Yeshúa Hamashiaj, mi amado HIJO, VERDADERO ELOHEI. Amén. 

Mensaje para la sinagoga de satanás del Santo de Israel, El es llamado el Elohei de toda la tierra (Isaías 54: 5). Este es el mensaje: Apocalipsis 2: 8, 9, Isaías 5: 24, 1 Juan 4: 2 y 3, 1 Juan 5: 20.
Amén.


LA HUMILDAD PRECEDE LA HONRA

Se levantó del Seder, y se quitó su Talit, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un librillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido (Juan 13: 4, 5). Pues si yo, EL SEÑOR Y EL MAESTRO, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como Yo os he hecho, vosotros también hagáis (Juan 13: 14, 15). Bienaventurados los humildes en espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos (Mateo 5: 3). El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis (Juan 13: 10). Y antes de la honra la humildad (traducido del hebreo, Proverbios 15: 33). Se humilló a si mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en la condición de hombre, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre (Filipenses 2: 7, 8, 9), el que se humilla será enaltecido (Lucas 18: 14). Y al humilde de espíritu sustenta la honra (Proverbios 29: 23). Dios da gracia a los humildes (Proverbios 3: 34; 1 Pedro 5: 5). Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra (Apocalipsis 3: 10).
El Señor dice: EL PUEBLO YA NO RESISTIRA A LA PALABRA DE DIOS.
Manantial de vida es la boca del JUSTO (Proverbios 10: 11). Y el Espíritu y la Novia dicen: y el que quiera, tome del Agua de la Vida gratuitamente (Apocalipsis 22: 17). Cinco vírgenes eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite (Mateo 25: 2, 3). En la boca del insensato está la vara de la soberbia (Proverbios 14: 3).


Palabra del Señor a los apercibidos

(Apocalipsis 19: 7) Gocémonos y alegrémonos, y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país (Israel) se ha oído la voz de la tórtola. La higuera ha echado sus higos (Mateo 24: 33), y las vides en cierne dieron olor (Juan 15: 1-3). Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme OIR tu voz; porque dulce es la VOZ tuya, y hermoso tu aspecto (Cantar de los Cantares 2: 10-15). El Espíritu y la Esposa dicen: Ven! Señor Yeshúa! (Apocalipsis 22: 17, 20). Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne.
El Señor Yeshúa dice: Bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen (Mateo 13: 16).
¡AQUÍ VIENE EL ESPOSO; SALID A RECIBIRLE! (Mateo 25: 6)


Lámpara + Aceite = Luz

Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino (Salmo 119: 115). Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas (Mateo 25: 7). Pedid, y se os dará; porque todo aquel que pide, recibe; vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan (Lucas 11: 9-13). Otra vez Yeshúa les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida (Juan 8: 12). Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo (Efesios 5: 13). No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho el Señor de los Ejércitos (Zacarías 4: 6). No apagués al Espíritu (1 Tes. 5: 19). Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad (2 Cor. 3: 17). ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1 Cor. 3: 16). Las vírgenes insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite (Mateo 25: 3). Y porque sus lámparas se están apagando, salieron a comprar a los que venden (Mateo 25: 8-10). Los verdaderos siervos dan de gracia lo que de gracia recibieron (Mateo 10: 8). El Señor dice: Guardaos de los falsos profetas, el árbol malo da frutos malos y de la abundancia del corazón habla la boca, y por sus frutos los conoceréis. Vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces y hacedores de maldad. Por sus palabras serán condenados (Mateo 7: 15-23; 12: 34; 12: 37). Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios santo es (1 Cor. 3: 17).

Esta palabra es para los que están en el camino enseñando y ministrando: 1 Corintios 3: 11-15.

Toda la PALABRA del Eterno, nuestro Dios y Padre, escrita por los profetas y apóstoles, NO ES METAFORA. La redención, el perdón y la santificación es únicamente por la fe que es en el Hijo de Dios (Hechos 26: 18).
La ira es medida y pesada conforme al desprecio, el escarnio y el rechazo de cada persona al Hijo de Elohim. No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará (Gál. 6: 7). Amén.  



Iom  Haatzmaut, el Rapto de la Iglesia y la Jerusalén Celestial

Juró el Señor por su mano derecha, y por su poderoso brazo (Isaías 62: 8). Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha (Isaías 62: 1). Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho el Señor (Isaías 54: 1). Voz de alboroto de la ciudad, voz del templo, voz del Señor que da el pago a sus enemigos. Antes que estuviese de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores (LA GRAN TRIBULACION), dio a luz hijo (RAPTO). De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él (Marcos 10: 15, Lucas 18: 17). ¿Quién oyó cosa semejante? ¿Quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? (Israel) ¿Nacerá una nación de una vez? (JERUSALEM CELESTIAL) Pues en cuanto Sion (La Esposa del Cordero) estuvo de parto, dio a luz sus hijos. Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? Dijo el Señor. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? Dice tu Dios (Isaías 66: 6-9). La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo (Juan 16: 21). El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios (Ap. 2: 7). Amén. 



Este es Yeshúa, El Rey de los Judíos, la Llave del Reino de los Cielos

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir (Juan 16: 13). En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios (Juan 1: 1). ESTE ES YESHUA, EL REY DE LOS JUDIOS (Mateo 27: 37). Entrad por la puerta estrecha; Yo soy la Puerta, y pocos son los que la hayan (Mateo 7: 13-14; Juan 10:9). Yo soy el Camino, y angosto es el camino que lleva a la Vida (Juan 14: 6; Mateo 7: 14). Yo soy el Pan de Vida; el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás (Juan 6: 35). Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba (Juan 7: 37). El que me come, él también vivirá por Mí (Juan 6: 57).  Yo soy la Luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la Vida (Juan 8: 12). Yo soy la Resurrección y la Vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá eternamente (Juan 11:25-26). Yo soy el Buen Pastor (Juan 10: 11), Mis ovejas oyen Mi Voz, y Yo las conozco, y Me siguen (Juan 10: 27). Yo y el Padre uno somos (Juan 10: 30). Y toda alma que no oiga al Señor, será desarraigada del pueblo (Hechos 3: 23), y en ningún otro hay salvación (Hechos 4: 12). A Yeshúa, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador (Hechos 5: 31). EL SEÑOR ES DIOS. El Padre dice del Hijo: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino. יהוה glorificó a Yeshúa Verdadero Dios. יהוה dice: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy; Tú eres Sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec (Hebreos 1: 8; 5: 5-6). El Señor afirmó: y sobre esta roca, la roca reprobada por los edificadores, edificaré MI IGLESIA; ésta es Yeshúa. Y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella (Mateo 16: 18; Hechos 4: 11).
Yeshúa Hamashiaj amó su Iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a Sí mismo, una Iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha (Efesios 5: 25-27).
A los que retienen MI NOMBRE y no han negado MI FE, el Señor dice: te daré a comer del maná escondido (Apocalipsis 2: 13, 17).
LA LUZ EN LAS TINIEBLAS RESPLANDECE, Y LAS TINIEBLAS NO PREVALECIERON CONTRA ELLA (Juan 1: 5). Amén.   


El olivo celestial

Si la raíz es santa, también lo son las ramas (Romanos 11: 16). Yeshúa, Verdadero Elohei, es el Olivo Celestial. La raíz es la perfección en la Unidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo; las ramas son los 12 apóstoles y los que se hallan escritos en el Libro de la Vida del Cordero. Un cuerpo y un Espíritu, un Señor, una fe, un bautismo, un יהיה Padre de todos, el cual es sobre todos y por todos y en todos.
El olivo terrenal es Israel, su raíz son los patriarcas Abraham, Itzjak y Iaakov, y las ramas son las 12 tribus, los hijos de Israel.
En el final de los tiempos, יהוה desgaja la tribu de Dan y injerta a la tribu de Menashe en su lugar.
El olivo celestial tuvo en los días del Hijo del Hombre una rama desgajada: Judas Iscariote, que por amor al dinero traicionó al Señor. En el día del rapto, יהוה desgaja la rama que apostató de la fe, y traicionó al Señor por amor al dinero (PROSPERIDAD), y por lo tanto ellos son semejantes a Judas Iscariote: HIJOS DE PERDICIÓN. Y los degollados que vendrán de la Gran Tribulación serán injertados en lugar de los desgajados.
יהוה ya completó el número de los que se salvan. La copa que el Señor le pidió al Padre no beber, si fuera posible, es el desgajo de la rama que en ese mismo instante Dios cortó del olivo celestial: los que se hicieron a si mismos hijos de perdición. Amén.
Romanos 11: 16-22; Efesios 4: 3-6; Jeremías 11: 16; Lucas 22: 3; Mateo 26: 14-16; Apocalipsis 7: 4-8, Génesis 49: 16-18; Apocalipsis 7: 14; Lucas 22: 39-42; Mateo 26: 38-42. 


El peligro de la vanagloria

El Señor dice a los que se vanaglorian declarándose a sí mismos profetas, que digan: No soy profeta (Zacarías 13: 5). A cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas (1 Cor. 12: 7-10). Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don del Señor (Efesios 4: 7). Juan el Bautista confesó, y no negó, sino confesó: yo no soy el mesías. Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tu profeta? Y respondió: No. Dijo: yo soy la voz de uno que clama en el desierto: enderezad el camino del Señor (Juan 1: 20-23), porque cualquiera que se enaltece, será humillado (Lucas 18: 14). Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos (Hechos 12: 21-23). Siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Yeshúa, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor (Efesios 4: 15-16).
Yeshúa, el Señor, dice: bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí (Lucas 7: 23).   


El traje nupcial

Porque muchos son llamados, y pocos escogidos (Mateo 22: 14). Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? (Mateo 22: 11, 12). Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos (Ap. 19: 7, 8). Tomaron, pues, el cuerpo de Yeshúa, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas (Juan 19: 40). Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia (Mateo 27: 59). Y quitándolo, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie (Lucas 23: 53). Este compró una sábana, y quitándolo, lo envolvió en la sábana, y lo puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro (Marcos 15: 46). Palabra fiel es esta: si somos muertos con El, también viviremos con El; si perseveramos, también reinaremos con El; si le negáremos, El también nos negará. Si fuéremos infieles, El permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo (2 Timoteo 2: 11-13).
El Señor dice: lo que no es por gracia es por justicia. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado (Mateo 25: 29). Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios (Lucas 12: 21). 


No al divorcio

Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre (Marcos 10: 9). Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio (Mateo 5: 32). Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera (Lucas 16: 18).
Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer. Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone (1 Corintios 7: 10-13).
Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios (1 Corintios 7: 15). Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo (1 Pedro 1: 16).



No a la inmoralidad

Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca (1 corintios 6: 18).  
Adulterio: Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera (Lucas 16: 18), Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón (Mateo 5: 27, 28).
Pornografía: Pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? (Mateo 6: 23). Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas (Lucas 11: 35).
Fornicación: ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne (1 corintios 6: 16).
Homosexualidad masculina y femenina -sodomía-: No te echarás con varón como con mujer; es abominación (Levítico 18: 22). Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío (Romanos 1: 24, 26, 27).  
Pedofilia: Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar (Mateo 18: 6).
Incesto: Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez. Yo יהוה. La desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás; tu madre es, no descubrirás su desnudez. La desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre. La desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera, su desnudez no descubrirás. La desnudez de la hija de tu hijo, o de la hija de tu hija, su desnudez no descubrirás, porque es la desnudez tuya. La desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, tu hermana es; su desnudez no descubrirás. La desnudez de la hermana de tu padre no descubrirás; es parienta de tu padre. La desnudez de la hermana de tu madre no descubrirás, porque parienta de tu madre es. La desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; no llegarás a su mujer; es mujer del hermano de tu padre. La desnudez de tu nuera no descubrirás; mujer es de tu hijo, no descubrirás su desnudez. La desnudez de la mujer de tu hermano no descubrirás; es la desnudez de tu hermano. La desnudez de la mujer y de su hija no descubrirás; no tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su hija, para descubrir su desnudez; son parientas, es maldad. No tomarás mujer juntamente con su hermana, para hacerla su rival, descubriendo su desnudez delante de ella en su vida (Levítico 18: 6-18).
Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión (Levítico 18: 23).
Por causa de la idolatría y de la inmoralidad, El Señor destruyó a Sodoma y Gomorra, y las naciones de Canaan. Y la tierra fue contaminada; y Yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores (Levítico 18: 25). Aborrezco la obra de los que se desvían; ninguno de ellos se acercará a mí (Salmo 101: 3). Esta es la razón por la que el Dios Todopoderoso trae la ira a los moradores de la tierra: la idolatría y la inmoralidad.


Pecados para la muerte

Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida (1 Juan 5: 16).

Son malditos los que Dios maldijo: Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Dios, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. Maldito el que redujere el límite de su prójimo. Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Maldito el que pervirtiere el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda. Maldito el que se acostare con la mujer de su padre, por cuanto descubrió el regazo de su padre. Maldito el que se ayuntare con cualquier bestia. Maldito el que se acostare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Maldito el que se acostare con su suegra. Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Maldito el que recibiere soborno para quitar la vida al inocente. Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén (Deuteronomio 27: 15-26). Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán bendecidas en ti todas las familias de la tierra (Génesis 12: 3).  

Apostatas: Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada (Hebreos 6: 4-8). Y los malditos de él serán destruidos (Salmo 37: 22).

Están borrados del Libro de la Vida: Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. No entrará en ella (La Nueva Jerusalén) ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero (Apoc 21: 8, 27). Cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que peregrinan en Israel, que ofreciere alguno de sus hijos a Moloc, de seguro morirá: el pueblo de la tierra lo apedreará. Y yo pondré mi rostro contra el tal varón, y lo cortaré de entre su pueblo; por cuanto dio de su simiente a Moloc, contaminando mi santuario y profanando mi santo nombre. Si el pueblo de la tierra cerrare sus ojos respecto de aquel varón que hubiere dado de su simiente a Moloc, para no matarle, entonces yo pondré mi rostro contra aquel varón y contra su familia, y le cortaré de entre su pueblo, con todos los que fornicaron en pos de él prostituyéndose con Moloc. Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo. Santificaos, pues, y sed santos, porque Yo soy vuestro Dios. Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra: Yo que os santifico. Todo hombre que maldijere a su padre o a su madre, de cierto morirá: a su padre o a su madre maldijo; su sangre será sobre él. Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos. Cualquiera que se echare con la mujer de su padre, la desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos. Cualquiera que durmiere con su nuera, ambos han de morir; cometieron grave perversión; su sangre será sobre ellos. Cualquiera que tuviere ayuntamiento con varón como con mujer, abominación hicieron: ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre. Y el que tomare mujer y a la madre de ella, comete vileza: quemarán en fuego á él y á ellas, para que no haya vileza entre vosotros. Cualquiera que tuviere cópula con bestia, ha de ser muerto; y mataréis á la bestia. Y la mujer que se allegare a algún animal, para tener ayuntamiento con él, a la mujer y al animal matarás: morirán infaliblemente; será su sangre sobre ellos. Cualquiera que tomare a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, y viere su desnudez, y ella viere la suya, cosa es execrable; por tanto serán muertos á ojos de los hijos de su pueblo: descubrió la desnudez de su hermana; su pecado llevará. Cualquiera que durmiere con mujer menstruosa, y descubriere su desnudez, su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su sangre: ambos serán cortados de entre su pueblo. La desnudez de la hermana de tu madre, o de la hermana de tu padre, no descubrirás: porque al descubrir la desnudez de su parienta, su iniquidad llevarán. Cualquiera que durmiere con la mujer del hermano de su padre, la desnudez del hermano de su padre descubrió; su pecado llevarán; morirán sin hijos. Y el que tomare la mujer de su hermano, comete inmundicia; la desnudez de su hermano descubrió; sin hijos serán. Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, han de ser muertos: serán apedreados; su sangre sobre ellos (Levítico 20).

Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de tu rostro (Salmo 89: 14).

לשון הרע (chisme): Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno (Santiago 3: 6). No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo (Levítico 19: 16). Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él (1 Juan 3: 15).

¿Se juntará contigo el trono de iniquidades que hace agravio bajo forma de ley? Los que amáis a Dios, aborreced el mal (Salmo 94: 20, 97: 10).